Vega e «Imprenteros»: «Trabajo con un material autobiográfico que permite una reconstrucción»
«Imprenteros» sigue siendo fundamentalmente una obra de teatro, ese es el corazón del proyecto que llevan adelante los hermanos Vega -Lorena, Sergio y Federico- y que tiene como impulsora a la primera de ellos que ahora también convirtió en libro mostrando que la ficción puede ser un motor para repensar la historia familiar: esa invitación a uno de los hermanos y después al otro dio otro paso, un documental sobre este universo que tendrá a Gonzalo Zapico, el marido y padre del hijo de la actriz, como director.
-T: Además del libro, «Imprenteros» tendrá un documental. ¿Cómo se gestó ese proyecto?
-L.V.: Escribí el libro a partir de la pandemia porque es el momento en el que empecé a tener más espacio para escribir y pasó a ser mi actividad central. Yo estoy casada, vivo con un cineasta, tenemos un hijo. Somos una dupla artística, ya hicimos otros proyectos en conjunto, como la ópera prima de Gonza (Zapico) de la que soy protagonista. Y bueno fue muy casual, le dije «por qué no me filmás escribiendo y cuando se presente el libro tengo un backstage». Se inició como algo muy pequeño, un poco como la obra. Él fue registrando, registrando y empezamos a pensar que quizá había un registro más amplio que podía ser un documental. Me parecía que era interesante también que se conociera la intimidad de un proyecto independiente que sigue hablando de los oficios y la familia. Eso fue creciendo. Un amigo que tiene una productora de cine me dijo que lo quería producir y todo se fue como dando, aplicamos para tener subsidios y filmamos y el último día de rodaje fue el día de la presentación del libro en la Federación Grafica Bonaerense.
-T: ¿Hay mucho sorpresa en el desarrollo de «Imprenteros», no? Nació sin plan pero sigue proyectando nuevos.
-L.V.: Es una de las vueltas inesperadas de este campo que se abrió, como un proyecto genuino querido y fomentado da espacio, posibilidades. Lo digo para poder poner en valor la llama encendida que tiene este trabajo y cómo nos alimenta el deseo. Es desde ahí que lo hacemos. Tiene que ver con un deseo de creatividad, de que ese es nuestro trabajo, se nos están apareciendo las cosas y les vamos dando curso. No hubo a priori un objetivo, me maravilla el brote que va teniendo el proyecto. Por ejemplo, animarme a escribir cuando una de las primeras escenas es mi papá desacreditando el texto que escribí para mi cumpleaños de 15 poniendo en duda la calidad sensible de lo que a mi me estaba pasando. Si ahora estoy con un libro ya en circulación con relatos que yo misma escribí, ya me parece que el tiempo y la obra ayudó a cambiar algunas cosas. Esto se hace porque sí. Hay una llama, algo empujando y puede no tener ningún sentido. Pero eso también le da belleza.
-T: Estás tan cerca, comandando el texto, pudiste dejar el documental al comando de Gonzalo?
-L.V.: Es una codirección porque de alguna manera soy la guionista e íbamos armando a medida que nos íbamos encontrando con los sucesos, yo iba aportando qué filmar pero acá el testigo y el que pone la cámara y decide cómo se mira eso es Gonzalo, que es el cineasta y el que sabe del tema. Hay algo entonces que está delegado en él, en su lectura. Sigue estando presente su situación de director de cine y también de familiar que de pronto lo cuenta envuelto en una situación en la que acompaña el crecimiento de algo, en este caso de un libro, impulsado por un grupo de hermanos que hacen una obra de teatro.
-T: Se abren posibilidades pero la obra la siguen haciendo y es el corazón del libro. ¿Piensan seguir montándola aunque tome forma en otras disciplinas?
-L.V.: Es muy nuevo para mí nombrarme como escritora entonces mi actividad son las artes escénicas, ahora quizás sí las nombro más ampliamente. Como en la obra se revisa el trabajo gráfico familiar y el escénico personal puedo decir que mi desarrollo es en las artes escénicas que ya es mucho decir. Esa es mi experiencia, en lo que me formé, lo que miro, lo que pienso. Las cosas que se me ocurren tiene que ver con cómo encontrar ficción en las cosas que observo. La obra entonces es central, tiene un equipo muy grande trabajando, no es solo ir y hacerla, se produce todo el tiempo para que este sistema funcione. Es mucha gente abocada y comprometida porque si no yo no la podría hacer porque hago además otras obras y proyectos. Es una estructura que me empieza a exigir demasiado pero soy consciente de que me está pasando algo único, muy especial. Trabajo con un material autobiográfico que permite una reconstrucción y reconversión y novedades y experiencias nuevas a un montón de gente. No solo a mí, a mis hermanos sino a toda una grupalidad laboral y afectiva que tiene en este momento como un muy buen tono. Es muy difícil combinar todo eso y que suceda y sea rico para todas las partes.
Fuente: TELAM